En la mañana cuando envías a tus hijos e hijas al colegio esperas que sean bien tratados y que reciban una buena educación.
Seguramente no pasa por tu mente la idea que la educación que dan a tu hijo sea mejor que la que recibe tu hija. No pasa por la mente de ninguno.
Pero en la realidad, las niñas y adolescentes en el Perú tienen menos oportunidades.
Durante la pandemia, el celular ha sido el medio más usado para acceder a las clases virtuales, sobretodo en la educación pública. Según la investigadora Laura León Kanashiro (Universidad de Lima), el celular de los padres era más usado por los hijos que por las hijas. Esto llevaría a que las niñas no tuvieran una asistencia regular a sus clases, además disminuiría la posibilidad de desarrollar habilidades para manejarse en el mundo digital.
Es cierto también, que las niñas y adolescentes están más expuestas al acoso cibernético que los varones. Según una encuesta de Plan Internacional a 14 000 niñas y mujeres de 31 países, el 58% había recibido lenguaje abusivo e insultante, o amenazas con violencia física o sexual.
¿Cómo hacer para que las niñas y adolescentes tengan las mismas oportunidades?
Como padres y docentes tenemos el rol de motivar el desarrollo pleno de las niñas y adolescentes, así como ser parte de redes virtuales en que se exija respeto a las mujeres.
Debemos tener especial empeño en desarrollar la seguridad en ellas mismas, con la capacidad de expresarse y no dejar que callen ninguna falta de respeto, por más pequeña que parezca. También el ejercicio constante de que tomen sus propias decisiones.
En el plano cotidiano revisar nuestras conductas para evitar repetir patrones que favorezcan solo a los varones. Así que si estas por pedirle a tu hija que deje de hacer la tarea para que cuide de su hermano menor o ayude en la casa, mejor recuerda que el hogar es el primer espacio de cambio.
Ana María Narváez
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